En nuestro Centro de Día de Marín sabemos bien cómo ganarnos el corazón de nuestros abuelitos… con comida.
Y es que cuando se trata de disfrutar, solemos pensar en cosas ricas, y por eso no podíamos dejar pasar la ocasión de asar unas castañas para celebrar el magosto. Una vez asadas, toca pelarlas, pero todo el trabajo valió la pena, aquellas castañas quedaron ricas ricas, y podemos comprobarlo en la cara de alegría de nuestros abuelitos.